Su padre Américo se inició con la gomería de automóviles en Baradero, Buenos Aires. En 1938 instaló el negocio en Sunchales, en Av. Independencia y Mitre: «En esa época en ese sector estaba el baratillo Ronda, el Banco Rural, Pipa Bonaudi y la gomería de Barbero».
Néstor nació en 1944, fruto del matrimonio de Américo con Iris Pelosi. A los 18 años entró a trabajar en la fábrica SanCor y a los 21 años comenzó a trabajar con su padre en la gomería.
«Aprendí el oficio con él. Mi principal trabajo era el recapado de las cubiertas. Después viajé mucho tiempo, iba a distintos lugares de la zona a buscar y llevar las gomas. Fue la única gomería de Sunchales que hizo recapado.»
El negocio se mudó algunas cuadras al norte de la Av. Independencia y en 1997 se ubicó a la vera de la Ruta 34. Bautizado como «La Gomera Sunchalense», en 2015 Néstor decidió venderlo.
La antigua gomería de Américo era el punto de encuentro de amigos, que se juntaban allí a comer asados, ambientados con la música de los Barbero: «Mi papá llevaba el bandoneón y yo cantaba algunos tangos. Mi viejo era bonachón, le gustaba hacer chistes. Con el bandoneón se ganó muchas amistades.»
Américo formó parte de varias orquestas: Monsemar, Esplendid, El Fortín. «Un señor conocido como «Pancho» Coronel, que tocaba el bandoneón, le enseñó música a mi papá.»
Néstor integró la «Peña de tango 12 de junio», fundada por músicos retirados y que tuvo actividad desde 1976 hasta 1990. «Organizábamos cenas con shows a beneficio de cooperadoras, escuelas y el hospital.»
«Yo solo canto porque me gusta. Me hubiese gustado mucho ser cantor, pero hay que tener condiciones y se tienen que dar las cosas. Estoy contento por todo lo que hice, bien o mal siempre traté de actuar con dignidad. Lo importante en la vida es ser derecho. Mi deseo es seguir viendo a mis nietos, compartir lindos momentos con la familia y con mis amigos en el bar… porque no sabés cuando la vida se puede terminar y hay que vivir lo que queda, ojalá sea mucho más.»
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