Nació en Chilia, Perú, en 1931. A los 7 años su tío lo llevó a Lima. Allí cuando terminó sus estudios secundarios decidió seguir la carrera de medicina. «Desde chico mi meta fue ser aviador o médico», recuerda.
En 1952 optó por viajar a Argentina junto con otros compañeros. Estudió en la Universidad de Córdoba, recibiendo al comienzo el apoyo económico de su tío y su madre.
En un momento crítico, un compañero de estudio le ofreció trabajo en una fábrica de muebles, lo que le posibilitó sostenerse y continuar. «Estoy convencido de que hay un Dios y que uno cosecha lo que siembra tarde o temprano», asegura.
Luego trabajó en el laboratorio del Hospital San Roque, donde conoció a quien sería luego su esposa y madre de sus 4 hijas. Se recibió de médico y durante 3 años fue cirujano y director en el hospital de Obispo Trejo, donde adquirió mucha experiencia.
A través de algunos pacientes que tuvo en Córdoba llegó a Sunchales en 1963. Trabajó mucho, atendiendo en su consultorio y en domicilios. «Nunca me negué a atender a alguien que no me podía pagar», sostiene.
Junto al Dr. Gota dieron vida y forma al proyecto del Sanatorio San Roque, donde brindó servicio junto a varios médicos: Alvarez, Hoermann, Miretti, Andrés, Villafañe, entre otros.
Trajo la primera unidad coronaria de Sunchales, con la que se salvaron 7 vidas, hecho que recuerda con alegría. «En lugar de comprar campo invertí en medicina», cuenta.
Trabajó sin cobrar durante 28 años en el quirófano del hospital Cullen de Santa Fe, viajando dos días a la semana. «Me gustaba hacer el bien. Si podría, lo haría de nuevo», declara.
En el año 2010 el Colegio de Médicos de la provincia de Santa Fe le entregó un reconocimiento por los 50 años al servicio de su profesión.
Se jubiló en 2013. Extraña el contacto con la gente y mantiene intacta su pasión y su deseo: «Quiero ser útil a la sociedad. Lo que yo sé hacer, todavía lo puedo hacer. Vivo enamorado de mi profesión».
Alfredo reconoce que los años le han enseñado muchas cosas y entre sus historias deja valiosos consejos: «Lo más importante es ser honesto y correcto. Todo cuesta, pero hay que perseverar. Al final todo llega».
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