Nació en el campo cerca de Sunchales en 1926. Hizo sus estudios primarios en la Escuela «San José» y luego en la «Florentino Ameghino». Tuvo 5 hermanos. «Mi papá enfermó y vendió el campo. Cuando tenía 12 años vinimos a vivir al pueblo y cada uno se buscó su trabajo».

A los 14 años comenzó a trabajar en la tienda Excelsior. «Trabajábamos todo el día, sin horarios, en el depósito y en el salón atendiendo a la gente. Terminábamos a las 10 de la noche».

«La Excelsior» fue la tienda más importante de Sunchales: «Si querías comprar algo tenías que ir ahí, porque ahí lo ibas a conseguir». Ubicada en la avenida principal, contaba con sección tienda, hombres, zapatería, mercería, bebés, perfumería y sastrería. También tuvo bazar y juguetería.

Allí Estela trabajó 32 años en la sección bebés y perfumería. «En el segundo local hubo horarios y todos vendíamos en todas las secciones, pero cada uno tenía una sección para acomodar».

En un baile de Carnaval de 1952 conoció a Hugo, su futuro esposo y quien hoy es un emblemático ex-trabajador del ferrocarril. «Estuvimos 7 años de novios y después nos casamos. Si Dios quiere en noviembre cumplimos 62 años juntos».

En 1972 «La Excelsior» cerró sus puertas: «Lamenté mucho el cierre de la tienda. Me angustié y lloré». Después, durante dos años, tuvo su propio negocio de telas, que en su segunda ubicación estuvo, curiosamente, en el mismo local donde había funcionado «La Excelsior». Allí Estela decidió finalizar su actividad comercial.

El mayor dolor que sobrellevan hoy Estela y Hugo es la reciente muerte de Nora, su única hija. «Jamás pensé que podía pasar. Hay que aceptarlo, no se puede hacer nada contra eso. Fue muy doloroso».

Estela ha vivido intensamente y sin arrepentimientos. Ha afrontado los golpes más duros de la vida con fuerza y entereza, junto a Hugo, su inseparable compañero. «Por suerte pudimos festejar los 80 años y los 50 de casados, y después los 90 años y los 60 de casados. Y aquí estamos, con ganas de seguir viviendo».