Gladis nació en Sunchales en 1951. Juan Carlos nació en Villa Guillermina en 1949 y a los dos años se mudó con sus padres a Sunchales. Se casaron en 1973 y tuvieron dos hijos.
A los 21 años Juan Carlos inició su contacto con la enfermería: «Quería estudiar medicina pero no pude. Hablé con el Dr. Plácido Tita, el director del hospital en ese momento, y me permitió hacer las prácticas allí durante 12 años».
Luego, mientras trabajaba como administrativo en una empresa de seguros, pudo estudiar y recibirse de enfermero. «Iba al hospital a la mañana de 5.30 a 12.30 y a la tarde a Sancor, de 14 a 22. Era un sacrificio. Después comencé a estudiar, cursaba los días viernes».
En 1975 abrió un consultorio en su casa: «Tenía un zaguán y una pieza al fondo, donde instalé el consultorio. La primera camilla me la regalaron, estaba en desuso en la Cochería San Carlos».
Gladis crió a sus hijos y comenzó a ayudarle a su esposo: «Me gustaba la enfermería y tomé cursos. Siempre estuve a la par de Juan Carlos, aprendiendo con él. Trabajamos mucho para poder pagar los estudios de nuestros hijos. Hicimos un gran esfuerzo».
Luego de 45 años de actividad, Juan Carlos recuerda los inicios, en una ciudad que se parece poco a la actual: «Nos movíamos en bicicleta, a cualquier hora, con lluvia, frío o calor. Sunchales era muy distinto, había pocas calles de pavimento. A veces dejaba la bici en una esquina, caminaba dos cuadras hasta la casa del paciente y cuando volvía la bici estaba ahí. Hoy ya no podría hacer eso».
Ambos han ofrecido su servicio a la comunidad con vocación, amor y responsabilidad. El presente les devuelve satisfacción por los objetivos cumplidos, gratitud y afecto de parte de sus pacientes. «Hemos atendido a varias generaciones de familias. Recibir el reconocimiento de la gente es la recompensa que tenemos en esta profesión. Agradecemos a todos los que confiaron en nuestra atención, siempre tratamos de brindarles lo mejor. Porque para nosotros no son clientes, son amigos».
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